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Las empresas exitosas, legendarias o que perduran en el tiempo, poseen características propias, asociadas a su génesis, razón de ser, evolución, modernización y gestión, que las hacen diferentes. No hay una escuela de negocios que enseñe la receta o modelo que asegure el éxito sostenido de una empresa. Lograr una empresa legendaria, una leyenda exitosa y modelo a seguir, es como esculpir una pieza de arte y requiere de un artista con visión, estrategia, principios y valores, objetivos claros, dedicación, perseverancia, amor, flexibilidad, conocimiento, recursos y herramientas adecuadas. En definitiva, es una combinación de muchas cosas, que no necesariamente se tienen claras, ni se disponen, en las primeras de cambio, pero que se van estructurando, encontrando, mejorando y aprendiendo en el camino y en la evolución del proyecto empresarial, que dependerá de la capacidad de apertura al conocimiento y la información y la disposición al mejoramiento continuo del orfebre. De allí que cada empresa, exitosa o no, es una historia “fascinante”, que deja un aprendizaje valioso. Esto es el sentimiento que se recoge, en seminarios, talleres y cursos, cuando se conversa e intercambia ideas y opiniones con fundadores, líderes y gerentes de PYMES y grandes y pequeñas empresas familiares, de capital abierto o cerrado.

Por otro lado, hay que dejar claro que hoy se cuentan con conocimientos, herramientas y recursos validados que apalancan la gestión de cualquier empresa u organización.

A continuación, se hace referencia a algunos elementos comunes que se presentan en las empresas familiares legendarias

Estrategia – Visión, misión y valores. – Estos son los pilares fundamentales de la planificación, estratégica y operativa, de cualquier empresa, los cuales deben ser progresista y flexible, para revisarlos y adaptarlos de acuerdo a los cambios, amenazas y oportunidades que se presentan en el entorno. No se pueden considerar un “decreto”, escrito sobre piedra, sino por el contrario institucionalizarlos en la organización para no hacerlos “persona dependiente”.

Aprendizaje continuo. – Las organizaciones deben estar abiertas a desaprender para facilitar la búsqueda de nuevos conocimientos, tecnologías, innovaciones, procesos y fomentar la creatividad, a todos los niveles de la organización. Las empresas “efectivas” se dan la oportunidad de poner sobre el escritorio los procesos y modelos que se han venido utilizando, por muchos años, y brindarse la oportunidad de descartar los obsoletos, actualizar algunos e incorporar nuevos que agregaran valor al negocio. No necesariamente lo que funciono en el pasado va a funcionará ahora.

Tecnología de información y comunicación. – Aun cuando éstas no sean la panacea, definitivamente, es uno de los elementos diferenciadores de las empresas de vanguardia. Son las herramientas que bien gestionadas se puede convertir en el mejor aliado ye en el catalizador del crecimiento y evolución del negocio. El acertado manejo de las nuevas herramientas digitales y virtuales, de la data y la información, les permitirá a las empresas manejar mejores indicadores de gestión y la toma de decisiones estratégicas y operativas oportunas. No hay que olvidar que la automatización de procesos operativos y administrativos, también aportaran mayor eficiencia y productividad, especialmente en los procesos rutinarios.

El talento. – Definitivamente que las empresas exitosas y que perduran en el tiempo siempre se han preocupado de contar con los mejores. El talento y el conocimiento es la mejor inversión que puede hacer una empresa, si no cuenta con estos dos activos difícilmente puede conseguir mejorar, crecer y mantener el negocio. Como dijo Derek Bok, ex rector de Harvard University, “Si crees que la formación es cara… pruebe con la ignorancia”.

En definitiva, el objetivo de toda empresa no es llegar a ser la mejor, sino mantenerse, crecer y perdurar siendo la mejor. La empresa familiar de hoy debe ser eficaz y competitiva y como tal debe adecuarse continuamente a las exigencias del mercado y del entorno para evolucionar y asegurar su continuidad generacional en el largo plazo. Para lograrlo debe promover la innovación y creatividad en sus productos y servicios; la eficiencia en sus procesos y la gestión; la motivación, compromiso y preparación continua de su personal y el liderazgo.